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Estoy exhausto de perseguir el ocaso



Estoy exhausto de perseguir el ocaso.

Y la noche avanza, a diez pasos por segundo
Y la noche avanza, a diez pasos por segundo

La noche me respira en la nuca

y comienzo a entender

que jamás podré alcanzarlo.


No queda otra solución

que detenerme y esperar.

Enfrentar el frío, lo desconocido,

dejar que la noche me pase por encima, bravear la madrugada

hasta que un sol peregrino

emerja sereno.


Entonces,

solo entonces,

abdicar,


respirar la quietud húmeda del alba,

sentir la luz lamerme el cuerpo,

evaporarme entre fugaces momentos

y, con algo de suerte,

extinguirme al compás de los arreboles

que anuncian la llegada de la noche,

de nuevo.

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